¡Muy
buenas las tengan todos!
Es cierto que no
he escrito últimamente con la frecuencia prometida, pero sentía que debía, al
menos, esperar hasta que Roma se convirtiera en rutina para tener de que
hablar. Que duro suena eso de Roma rutinaria. Un imposible en una ciudad de
tanto por explorar, nunca se extinguirá, eso si. Pero es diferente vivirla y
vivir en ella. Pues bien, para soportar el duro trance he decidido visitar uno
de los más venerables y legendarios cafés de la ciudad: el Café Greco, 250 años
de tradición, lo que es nada, en la milenaria tabla del tiempo romana. Este
café era el refugio de artistas, escritores y compositores ilustres en el siglo
XVIII. Lo único que no me ha gustado es que ya no se ven escritores aquí; solo
turistas despistados haciendo clicks en sus cámaras.
Bueno, la verdad
es que ser un estudiante en Roma es un privilegio y mucho mas es una
oportunidad valiosa tener el tiempo para hacerlo. Pero nunca me imagine que
fuera a tener tanto tiempo y a la vez insuficiente para todo lo que se ofrece
hacer aquí. Lo que lamento es que me toca compartirlo con cansonas tareas de latín
y tediosas horas de lavandería. ¡Si solo pudiera expresar con palabras cuanto me chocan esas dos
asignaciones! (que no me escuche el padre Alfonso) Y las dos por la misma razón:
me quitan tiempo. Ahora la pregunta que sigue es: ¿tiempo de que y para que? Si soy
estudiante y para eso solo tengo tiempo. Exactamente eso es lo que no me gusta
de ser estudiante, el tiempo que se toma.
Para colmo de
males me compre un reloj de pulso; creo que es el primer reloj que he comprado
en mi vida. Pues antes, cuando sufría de nomofobia
(miedo a dejar el celular en la casa), este me servía para decirme la hora. Y
aunque nadie me pregunta la hora, yo me la cuento simplemente por el placer de
mirar mi reloj. Se siente uno como más grande e independiente. Ya no tengo que
mirar las torres, o preguntar, o adivinar calculando cuantos minutos faltan
para que suene la campana.
Ahora, ¿por qué sufrimos de tiempo? Nos falta
tiempo, es la queja con más lamentos. Como pasa el tiempo, dice uno cuando ve
al niño mas crecido. El tiempo vale oro, es el precio que le damos. No pierda tiempo,
escuchamos como consejo del que ya todo lo vivió. No debería ser este, una preocupación,
ni para bien ni para mal, digo yo, aquí en el café. Tiempo es lo que tenemos, y
mas de estudiantes. Como suena de chillón aquel que dice que no le alcanza y
mucho mas en la ciudad eterna, donde todo se toma su tiempo. Y si lo ponemos a
otro nivel, mucho más de cristianos, cuando vivimos en el tiempo de Dios. No
esperamos vivir la vida eterna después de la muerte, la vida eterna la vivimos
ya desde el bautismo. Me lo dice el adviento y todo el año litúrgico, y las
horas también. Entonces digo con el salmista: peregrino soy en la tierra (118,19) … cuando entrare a ver tu rostro,
Dios mio (41). Lo único que espero es entrar en la presencia del Señor. Ya con
esto mi problema se resuelve. Ahora, en el tiempo libre, puedo salir a buscar a
cualquier santo perdido en Roma, como Luigi … continuara.
Con su eminencia el Cardenal Cañizares, prefecto de la Congregacion para el culto divino. Que conste que no me estoy empinando. |
Diciembre 8, oracion del Santo Padre en la columna de la Inmaculada Concepcion en la plaza España. |
Misa en la Solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe, basilica de San Pedro, diciembre 12. El Papa oro por nuestros paises en español! |
Aqui anuncio su visita a Mexico y Cuba en la primavera que viene. |
De paseo por el Tiber |
esto es exelente dario narvaez barrera
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