sábado, 25 de febrero de 2012

Cuarta Estación: Sábado depués de ceniza en San Agustín


Hoy estamos mas hacia el centro de Roma, entre la algarabía de la Piazza Nuovona y un poco mas allá del Panteón, encontramos la iglesia de San Agustín, bella ejemplar del renacimiento italiano. Lo especial de esta iglesia es que aquí tenemos el cuerpo de Santa Mónica, madre de Agustín. “Un hijo de tantas lagrimas y oraciones jamás podrá condenarse” le dijo el obispo Ambrosio a Mónica una vez que se encontraron. Santa Mónica nos ensena la perseverancia y la insistencia en la oración. Cuando todo parece acabarse, ora. Y si no pasa nada, entonces ora incluso más. Y si aun nada acontece, pues ora, ora y ora. Este es un templo que honra la labor intercesora de la Madre.

Oración colecta

Dios todopoderoso y eterno,
mira compasivo nuestra debilidad
y para protegernos,
extiende sobre nosotros tu mano poderosa.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Fachada de la iglesia de san Agustin, construida con materiales traidos del coliseo.

Interior de la iglesia

Altar Mayor, obra de Bernini, contiene una imagen de Nuestra Señora

Capilla de la tumba de Santa Mónica. Digno es hacer una pausa aqui, donde yace esta mujer que nos dio a uno de los santos mas grandes de la Iglesia, su hijo Agustin por quien es llamado este templo.

Capilla de la tumba de otro santo Agustino, San Nicolás de Tolentino.

Fresco de Rafael: El profeta Isaias. Debajo se ve una escultura de Santa Ana con la Virgen y el Niño.

y en la capilla final, encontramos la obra de arte mas importante aqui: La Madonna de los peregrinos de Caravallo. 

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