Hoy estamos mas
hacia el centro de Roma, entre la algarabía de la Piazza Nuovona y un poco mas allá
del Panteón, encontramos la iglesia de San Agustín, bella ejemplar del
renacimiento italiano. Lo especial de esta iglesia es que aquí tenemos el
cuerpo de Santa Mónica, madre de Agustín. “Un hijo de tantas lagrimas y
oraciones jamás podrá condenarse” le dijo el obispo Ambrosio a Mónica una vez
que se encontraron. Santa Mónica nos ensena la perseverancia y la insistencia
en la oración. Cuando todo parece acabarse, ora. Y si no pasa nada, entonces
ora incluso más. Y si aun nada acontece, pues ora, ora y ora. Este es un templo
que honra la labor intercesora de la Madre.
Oración colecta
Dios
todopoderoso y eterno,
mira compasivo
nuestra debilidad
y para
protegernos,
extiende sobre
nosotros tu mano poderosa.
Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios, por
los siglos de los siglos.
Fachada de la iglesia de san Agustin, construida con materiales traidos del coliseo. |
Interior de la iglesia |
Altar Mayor, obra de Bernini, contiene una imagen de Nuestra Señora |
Capilla de la tumba de Santa Mónica. Digno es hacer una pausa aqui, donde yace esta mujer que nos dio a uno de los santos mas grandes de la Iglesia, su hijo Agustin por quien es llamado este templo. |
Capilla de la tumba de otro santo Agustino, San Nicolás de Tolentino. |
Fresco de Rafael: El profeta Isaias. Debajo se ve una escultura de Santa Ana con la Virgen y el Niño. |
y en la capilla final, encontramos la obra de arte mas importante aqui: La Madonna de los peregrinos de Caravallo. |
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